La cama sueña conmigo y yo juego con ella.
Las noches la víspera de su abandono y del mío y el de ella
Para cuando amanece  el sol ya me llenó de luz y ese calor que agobia, avejenta y rabia.
Cuánta calma entre las sábanas y las cobijas.
¡Cuánto calor hace en verano!
Me destapo y la dejo hecha nada arrojando las telas. Con desprecio. Empapada en sudor y en ella me seco.
Luego regreso en las tardes cansada. De negarla.
La miro y me tiendo. Luego la destiendo y la dejo así, sinvergüenza; para llegar a la noche y molestarme ¡Es su culpa!
De ella y sólo ella
Que me abraza y me encuentra. 

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