Hay tantas jacarandas en San Luis. Cuando llueve es día festivo, las calles se alfombran violeta.


Siempre he pensado que tendré una jacaranda 'cuando crezca', ahora he crecido, no sé bien hasta qué punto - uno nunca lo sabe- pero algo es cierto, ya no es lo mismo desde aquella primera afirmación.

Mientras avanzo sobre el pavimento todavía mojado no pienso en nada. Me divierte distinguir las flores caídas a distancia, esperando llegar ahí a donde me vuelvo a sorprender de aquel hermoso homicidio bajo mis pies.


El cielo ¡Qué dulce es mirar el arco que nace de los rayos celosos del sol!

Lo es ¿Verdad? Creo en el futuro cuando miro este cielo, creo en la atónita mueca de Walter Mercado; creo que la cruz contrastaba este azul aquel día, ese día.

¡Está por desvanecerse!

¡Ya se ha ido!

Lo sé.

3 comentarios:

  1. No manches, esta padrisimo!!! :D
    me gustó mucho enserio que si,
    por favor, nunca de los nuncas dejes de escribir :)
    ...wuaw :P

    ResponderEliminar
  2. japón tiene cerezos y san luis jacarandas

    ResponderEliminar
  3. Y me puede decir, señorita Ale ¿por qué, jamás me ha compartido su espacio en este “vacío” binario? Lo sé, yo lo sé. Quizá por la misma razón por la que yo no ando compartiendo por ahí el mío… pues ahora te invito, ya que yo me he colado aquí sin ´pena ni gloria´, sólo porque sí. No hablando de esto, me desconcierta que alguien más notara con tanto fervor las calles que se alfombran violeta en estas épocas. A mí me maravilla también, me espanta también, me quién sabe también. Un saludo, secreta Alejandra.

    ResponderEliminar

siamo