Las telas de colores se confunden con su piel, sólo a ratitos el viento le descubre un poco los tobillos.

El cabello lacio le viste media espalda, su castaño oscuro divide justo a la altura de su pecho que no es tan pequeño como la palma de sus manos. Una de ellas rompe el cuadro con el puño cerrado, mientras la otra se eleva a su cuello que hace ligeramente un arco de donde resbalan dos gotas de sal.


Ella quiere dejar de parecer lo que es para serlo totalmente, aunque por ahora se limite a correr entre la yerba de aquel cerro hasta llegar a bordear un abismo no tan profundo como el de su silencio, que quisiera ella explotara como lo hacen el grillo y el coyote al atardecer.

1 comentario:

  1. eres genial creando escenas
    me fascina la primera línea
    y es grande tu talento para compartirnos ese mundo al que te escapas
    me encanta tu mente y sus mecanismos
    ser parte de tu vida
    y te aseguro, mi brillante y bella amiga
    que estoy para ti en cualquier momento por el resto de mi vida
    tienes un lugar gigantesco en mi corazón
    valiente
    y espero que sigas escribiendo cada vez mejor, como siempre
    y que recuerdes siempre que seré el primero en leerlo
    eres un fenómeno en el mundo irurzo, te lo aseguro

    H.O.R.

    ResponderEliminar

siamo