Pobrecita de mi nana Carmen
¿quién te ayuda? ¿quién te espera sin pedirte unos tamales?
Pobrecita de mi nana Carmen
cuando le corren por las mejillas morenas
los recuerdos y el silencio.

Nana Carmen: escuchame cuando te digo que es momento.
Vuela lejos con tus faldas y tus chalecos.

Siempre hubiera yo querido mirarte los ojos negros, negros.
Enseñarte a leer lo que ahora nunca podrás ver.
Nana no llores más.
No llores porque el amor no supo convencerte,
no llores porque tus hijos no saben comprenderte, no llores.

Apurate mejor nana,
ya son casi las seis y todavía no acabas.

-ah el tiempo hizo de tu vida añicos...
y de tus sueños vidrios en el pavimento de la cotidianidad-

1 comentario:

  1. Poco a poco la vida encuentra motivos para temblar ante quienes no tienen nada que perder...

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