Llegaste a mi vida una vez más como la pesadilla de siempre, como la deuda que nunca voy a pagar.

Ser despreciable.


La cama sueña conmigo y yo juego con ella.
Las noches la víspera de su abandono y del mío y el de ella
Para cuando amanece  el sol ya me llenó de luz y ese calor que agobia, avejenta y rabia.
Cuánta calma entre las sábanas y las cobijas.
¡Cuánto calor hace en verano!
Me destapo y la dejo hecha nada arrojando las telas. Con desprecio. Empapada en sudor y en ella me seco.
Luego regreso en las tardes cansada. De negarla.
La miro y me tiendo. Luego la destiendo y la dejo así, sinvergüenza; para llegar a la noche y molestarme ¡Es su culpa!
De ella y sólo ella
Que me abraza y me encuentra. 

Me bebo un tentempié

Bébete un tentempié pero sentada
arrímate a tu sol si eres satélite
usa tus esperanzas como un sable
desmundízate a ciegas o descálzate
desmilágrate ahora / poco a poco
quítate la ropita sin testigos
arrójale esa cáscara al espejo
preocúpate pregúntale prepárate
sobremuriente no / sobreviviente
desde el carajo al cielo / sin escalas
y si no vienen a buscar tu búsqueda
y te sientes pueril o mendicante
abandonada por tu abandoneón

fabulízate de una vez por todas
métete en tu ropita nuevamente
mundízate milágrate y entonces
apróntate a salir y a salpicarte
calle abajo / novada y renovada
pero antes de asomar la naricita
bebe otro tentempié / por si las moscas 

Mario Benedetti

Hemos llegado a ese momento donde no entiendo nada.
Recurro a los miedos, a la incertidumbre, a todo lo que me dijeron que no mirara.
Vuelvo a cogerme el pelo, a pensar en el mañana, a llorarte contigo y sin ti, sin ti.
Luego que lo pienso y lo vuelvo a pensar y me quejo del mundo y de la seguridad, 
aún no entiendo. 
Aquí pasa el tiempo como allá también lo hace, más no de la misma forma.
Mientras te imagino contra el escritorio librando las peores batallas contra ti mismo, apenas han pasado unos minutos de las varias horas en las que espero.
Seguramente para ti ese intervalo es poca cosa.

Más no toda tu ausencia la recuerdo, pero me sorprende cuando lo hago la forma en que sucede.

Miro el reloj con desgano, enjaulada en momentos hasta que me liberes.

Qué dura la noche ¡Qué sola!
Cuando estoy de ojos abiertos y las heridas sangran.
Ahí en la oscuridad tan sólo preguntándome
Para no encontrar respuesta.

Qué sola en mi cabeza
Qué sola para mí

Las sábanas son una carga suave y como anónima
Una cucharada fuera del plato hondo
Un cigarrillo encendido pero solo

Quizá sea sólo yo 
      de ojos abiertos
La luna que crispa
      El viento paseando en mi cabeza
Revolviendo los ecos de la noche.



No encuentro a mi vida sentido, estoy derrotada. 
Y aunque en realidad soy muy pequeña, siento en mi interior la infinidad del silencio y el vacío.
Me hundo en el pozo que ignoré tanto tiempo. Es oscuro, húmedo, asfixiante; pero es mi hogar. No hay nadie más que yo. Todo es inmensamente nada y nunca había existido para mí algo tan inútil.
Puedo verme tendida
esperando que el pozo tenga una salida.

Esta es la eternidad. Y no la quiero. 
Yo soy, la proyección, la fuerza y la calma. 
Yo soy, el mañana y el ahora. También el ayer.
Tú has querido, detenerme e impulsarme.
Hay momentos, para encontrarnos o buscarnos.
De alguna forma, tú y yo somos, tú y yo fuimos y seremos.
Más en el ahora, en el presente y para siempre, yo soy.


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